Fue llevada al escenario del Teatro “Ramón López Velarde” la ópera bufa
Está basada en la famosa obra Don Pascuale, de Gaetano Donizetti.
“Está muy loco que el viejo se casa, sin ver que en ello disgusto y fastidio encontrara”, con esta moraleja se sintetiza perfectamente la historia de Don Pascualito, ópera que se presentó en el Teatro “Ramón López Velarde”, como parte del Programa ¡Niños Manos a la Ópera!
El objetivo del Programa es acercar a las y los niños al mundo de la ópera, y que puedan apreciar que es una de las disciplinas más completas de las bellas artes, ya que en ella se reúnen la danza, el teatro, la música y el canto. Las y los infantes tuvieron la oportunidad de conocer este mundo mágico y fascinante.
Por tal motivo, el Gobierno del Estado a través del Instituto Zacatecano de Cultura, en coordinación con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, ofrecieron este espectáculo, para el disfrute y deleite de las familias de Zacatecas, en especial de las y los reyes del hogar.
En un foro lleno, las y los pequeños fueron sorprendidos, sobresaltados y pillados por uno de los actores que, sin darse cuenta, estaba entre el público, el actor, que fungía como un narrador, comenzó a contar la historia.
Les comentó que Don Pascualito es una obra que ha sido adaptada y dirigida especialmente para ellos y ellas, por el maestro José Antonio Morales, de la celebre obra “Don Pasquale”, ópera bufa realizada por el italiano Gaetano Donizetti.
También les platicó que esta ópera se creó hace 150 años, y que desde ese entonces, hasta la fecha, ha divertido con su entretenida historia de amor, engaños, enredos y venganzas; trata de de dos jóvenes enamorados, Ernesto y Norina, y de Don Pascualito.
Don Pascualito es un solterón muy enérgico y obstinado, por querer imponer siempre su voluntad por encima de los deseos y anhelos de los demás, pero a la larga, este carácter lo meterá en serios problemas, y de alguna forma pagará el dañó que hizo a sus seres queridos.
Después, el narrador les comentó que el teatro es magia e imaginación, ya que a través de este, se pueden crear mundos, personajes, viajar de un lado a otro, incluso a lugares remotos e inexistentes; dijo que se puede ser joven o viejo, valiente o cobarde y guapo o feo, hecho que inspiró confianza para que todas y todos los niños le respondieran a sus interrogantes.
Enseguida arribó al escenario el pianista Sergio Vázquez, quien se encargaría de musicalizar toda la puesta en escena, el narrador y el pianista hicieron un acto en el que les explicaban a las y los niños, el arte de vocalizar a través de las notas, para ello salió el elenco, que solo era cubierto por una tela transparente.
Se les enseñó la nota menos grave, con la voz del barítono; después la menos aguda, que es la del tenor, la más hermosa y angelical, la de soprano, también se les explicó que a la convivencia de todas las voces, se le llama armonía.
Con ello se dio arranque a la obra, con la Obertura titulada “El sueño de Don Pascualito”, el acto primero, “Sala en la casa de Don Pascualito”, escena que muestra al personaje principal junto con su mayordomo, a la espera del Doctor Malatesta, el cual a su llegada le informa que ya tiene listo el pedido que le encargó, que era que le consiguiera una noviecita.
Él le informa que efectivamente ha encontrado a la mujer perfecta, hermosa, de buena familia, honesta, sencilla y pudiente; Don Pascualito, muy contento, se siente renacido, e imagina un futuro prometedor. Además de darle una lección a su sobrino Ernesto, a quien le había pedido que se casara inmediatamente con una muchacha adinerada, ya que de lo contrario lo desheredaría y lo correría de su casa.
Sin embargo, su sobrino está enamorado de Norina, una bella chica, educada y joven, pero de familia pobre; en ese momento, el Doctor Malatesta, enterado de las desventuras y desconsuelo de los enamorados, decide poner una trampa a su amigo Don Pascualito, y darle una lección mediante una farsa, en la que Norina se haría pasar por la hermana de este, una tal Sofrina que está en un convento.
Acto segundo,”Interior de la casa de Don Pascualito”; el Doctor lleva a su supuesta hermana para presentarla al Don, quien al verla queda fascinado y prendido de la belleza de la joven, y en el instante decide casarse con ella, pero como ya todo está arreglado, llega un juez falso traído por Malatesta y los casa, pero Don Pascualito no contará que una vez unidos, Sofronia cambiará de carácter intempestivamente.
Ahora esa dulce y tierna mujer, se convierte en alguien coqueta, altanera, mandona, grosera y gastalona, por lo que Pascualito se decepciona. En otra de las tretas del médico, quien ya había puesto al tanto a Ernesto, decide que el sobrino se haga pasar por un pretendiente de Sofronia, para que el tío cayera en un ataque de celos, y pidiera él mismo el supuesto divorcio.
Acto tercero, “Casa de Don Pascualito, toda renovada”, arrepentido por el descaro e imprudencia de su esposa, el viejo queda arrepentido de su apresurada decisión, y busca deshacerse de ella; fue así que todo salió a la luz, y en lugar de enojarse por la farsa, se da cuenta de sus errores y perdona y pide disculpas a su sobrino, por lo que aprueba el amor de la joven pareja, e incluso, da su bendición para la boda.
Las risas y aplausos de las y los niños así como de sus padres y madres, demostraron la fascinación y el agrado ante la puesta en escena, que contó con las actuaciones de Charles Oppenheim, como Don Pascualito; Edgar Gil, como el Doctor Malatesta; Víctor Hernández, en el papel de Ernesto; Adriana Valdés, como Norina y Sofrina y Pablo Miguel Murguía, como el narrador y el mayordomo.
Vale destacar que la obra fue cantada en su idioma original, sin embargo las y los pequeños pudieron seguir la trama gracias a un ilustrativo y amigable programa de mano que, además de contener la sinopsis de la obra, ofrecía datos de los actores, del director y, por supuesto, del autor. La audiencia también siguió los diálogos a través de subtítulos que fueron proyectados en la parte superior del escenario, lo que permitió la plena comprensión de la obra.
El concierto lúdico – didáctico, fue interpretado por cantantes de primer nivel, mismos que cuentan con una trayectoria reconocida a nivel nacional e internacional. Aspectos que también es dignos de mencionarse, son, por un lado, el vestuario, que nos remontó a las primeras décadas del siglo pasado; también la escenografía, que fue de tipo minimalista, en la que algunos mobiliarios sugerían la ambientación, según del lugar al que nos llevara la obra. Destacó aquí las ilustraciones que se mostraron a la audiencia, que fueron cuadros dadaístas, acordes a la historia.
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